Subir montañas. Aprender, avanzar y mejorar… siempre mejorar. Luchar y perseverar… siempre perseverar. Imaginar y soñar… siempre soñar. Compartir, sentir y reír… siempre reír. Fracasar y triunfar… como aprendizaje. Intuir y prever…puede no ser cierto lo que ves. Entender el entorno… que no conoce piedad. Escuchar las señales… que son legión. Navegar… con calma justa. Decidir… es tu libertad. Asumir el sufrimiento… que alguna vez llegará. Proteger… el compañero es tu mitad. Corazón caliente y sangre fría. Humildad debida.
Aún así… nada es seguro. Nadie te obligó… y a nadie exigirás.
Luego… bajar de allí… con las mismas reglas.
Vivir.


domingo, 8 de diciembre de 2013

Fiordo Última Esperanza... Patagonia

No tenia previsto contar un pequeño paseo "patagónico"... de esos en plan turismo - buena vida - que a veces conviene merecer tras semanas de montaña dura... aquello de "... ya que estamos por aquí habrá que visitar Cuzco y Machu Pichu..." - esto para los que visitan la Cordillera Blanca -... o "... el glaciar Perito Moreno... " - ¡ja!... no tuvimos bastante con el Hielo Continental, ¿no? - "... bueno... habrá que acercarse a Puerto Natales... ¡buen marisco se come por allí!..."; en fin... lo de siempre.

Ya digo... no tenía previsto relatar nuestra visita a éste fiordo - cosa que ocurrió, allá por el 2008, pocos días después de recorrer una parte del Hielo Continental hasta la vertiente Oeste del Cerro Torre... ya os contaré ésa historia otro día - pero el caso es que precisamente... hoy caigo en la cuenta que un día como el pasado 8 de noviembre, del año 1957... I. Arnsek, M. Saavedra, C. Botazzi y O. Meiling... realizaron la primera ascensión del Cerro Balmaceda (2.035m. ¿?)... una montaña de dimensiones importantes que parece taponar el fiordo Última Esperanza - ¡joder... menudo nombre!.

... Cerro Balmaceda...

Al igual que ocurre con muchos "cerros" patagónicos... el Balmaceda pertenece al grupo de los invisibles; es una montaña de buen porte y extensión, desnivel clarisimo si se accede desde el fiordo - aunque no es la ruta clásica -... y es tan "invisible" como que solo cuenta con 4 ascensiones (la tercera repetición, en mayo del 2002, corre a cargo de dos compatriotas españoles... Carlos García e Iñaki San Vicente).

... imagen satélite...

... cuarta ascensión... invierno 2005...

El hecho de ser poco escalado se debe, seguramente, a su cercanía a las Torres del Paine... que eclipsan cualquier otra visión, bueno... la visión del glaciar Balmaceda - ya en recesión - y que en sus mejores tiempos depositaba bloques de hielo directamente al fiordo, si que es hoy en día recorrido turístico relevante.

Algunos de éstos fiordos fueron explorados por españoles en el siglo XVI... a la búsqueda de conexiones con el estrecho de Magallanes...  uno de ellos un tal Francisco César que, a su vuelta, hablaba de lo que se terminó convirtiendo en la leyenda de "la ciudad de los Césares"... ya sabéis... cosas de tesoros en aquel siglo de conquistas españolas por la Américas.


No es seguro que avistara el fiordo Última Esperanza... el que sí lo hizo fue Juan Ladrillero, otro español onubense, considerado como el segundo descubridor del estrecho de Magallanes... lo recorrió en ambos sentidos... y entre 1557/58 navegó el fiordo que nos ocupa como "última esperanza" en encontrar nuevos pasos entre océanos.
Seguramente él fue el primero en divisar los seracs del Balmaceda meciéndose en el mar.

Con la chaquetilla puesta y las manos en los bolsillos, nos montamos en un autobús que desde El Calafate nos llevará a Puerto Natales - ya en Chile y por tanto pasando control de fronteras... muy estricto con alimentos y bebidas -.
Yo llevo un bocadillo y Miguel una manzana... total que directo a la basura o devorarlo allí mismo delante del agente... no hay duda alguna y, aunque es temprano, nos sabe a gloria.

... abandonando Puerto Natales...

Imaginarse a los sufridos "conquistadores" españoles... gentes duras y dispuestas a mejorar... por tierras remotas y en busca de fortuna - algunos persiguiendo honor - puede parecer baladí en nuestra época, incluso puede que no se comprenda... pero bastará con ponerse en el momento que les tocó vivir y simplemente entender que - como siempre - todo el mundo tiene derecho a intentar un sueño.

... el capitán que no sabe navegar...

... Balmaceda a la vista...

... cormoranes...

No dejo de imaginar lo que pudieran sentir aquellos navegantes... embutidos en armadura y bandera española - posiblemente a las ordenes del emperador Carlos I de España y V de Alemania ¡total nada! - internándose por éstos fiordos a la búsqueda de caminos, tesoros y tierras desconocidas; todo ello con tripulación hambrienta y deseo de conquista.

Uno - que gusta de soñar como "niño grande" - se imagina una historia...  que quizá gustéis de soñar:


"- ¡Buscad un nuevo paso al Magallanes!... - eso me ordenó el Emperador, a quien Dios guarde muchos años - ".
Y así es como llevamos seis meses de navegación, tormentas y hambre... con los pocos hombres que sobreviven - los que no... hubo que  lanzarlos al mar con una simple oración -.
Hartos de comer carnes en salazón - el pescado ya putrefacto y roído por las pocas ratas que no pudimos capturar para comer - la tripulación a punto está de amotinarse.
Son hombres duros que abandonaron la miseria en busca de fortuna... pero todo tiene un límite.

Anoto en el diario de bitácora que hoy entramos a una red de canales... ¡que Dios nos ayude!... veremos si hay salida en éste infierno que nos consume.

A los hombres se les enciende la mirada cuando descubren extraños animales sobre las rocas - el científico que nos acompaña, solo piensa en dibujar las bestias... pero el resto... solo ve comida ¡bien sabrosa, por cierto!.
Algo mejoramos por ésta nueva tierra - al menos los estómagos agradecen -.

Luego llegamos a los pies de una montaña que escupe sobrante de hielo en éste mar que navegamos... no parece que las aguas comuniquen con otras del otro lado. Es el fin.

Por el camino, unos hombres me piden que les deje en la orilla, quieren iniciar una nueva vida... sin fortuna ni honores... quizá sin posibilidad de vivir.
Allí les dejamos... quizá descubran el tesoro... "el Dorado" - o algún otro - ... nosotros regresaremos a nuestra España... hay que informar al Emperador - Dios guarde muchos años - que no encontramos posibles para ampliar su imperio".


... cascadas hacia el fiordo... a caballo entre aguas dulces y saladas....


Nuestra nave, a la que bautizaron  "21 de mayo"... se recuesta contra un embarcadero de postes y maderos - lo cierto es que resulta un encuentro especial... como si alguien por allí viviera y se preocupara de facilitar visitas -.

El lugar se me antoja mágico... algo frío por la cercanía de hielos... no sé... echo en falta el sol.

... embarcadero cercano al glaciar Serrano...

Hubieron de transcurrir casi 300 años - hasta 1889 - que un Capitán de la Armada Chilena... Ramón Serrano... descubriera la zona que lleva su nombre, ríos y glaciares que desembocan en el fiordo, éste que ahora visitamos.

El capitán recoje unos trozos de hielo y reparte unos vasos mientras ofrece whisky a los turistas - ¡Señores, éste hielo tiene mil años... tómense un whisky histórico! -... tremendo el tío, los turistas ríen a gritos... la tripulación aplaude... y yo sonrío mientras me cuelo el licor por la garganta, recordando unas palabras de un viejo amigo - Gaspar Muñoz, que ya no está entre nosotros - en un vivac alpino mientras derretíamos hielo para la sopa nocturna:

- ¿Sabes que podríamos estar bebiendo agua de hace un millón de años?.
- ¡Joder, Gaspar!.
- Sí... y seguro contiene bacterias, virus y mierdas desaparecidas.
-¡La leche!... bueno... pero hay que beber.
- Sí... pero que no se te olvide... jajajajajaja.

Gaspar siempre reía fuerte.

... laguna y glaciar Serrano...

La laguna es pequeña y redonda... vierte aguas al fiordo Última Esperanza por un corto desagüe pedregoso... el mismo que hemos caminado desde la embarcación principal.
Flotan cientos de trozos de hielo que nuestra pequeña lancha hinchable se empeña en esquivar.

Luego... de repente... aparece una franja limpia - solo unos metros en el frente del glaciar -... no sé... a mí esto de navegar... como que no es lo mío.


Miguel me dice... "no es lo mismo pasear encima de un glaciar, que verlo de frente"... bueno, algo de razón lleva... pero vamos... que, aunque me resulta vistoso, no me impresiona especialmente; eso sí... tan espectacular como siempre se muestra la Naturaleza.

Algo más me preocupa que se derrumbe el frontal de ésa masa... y nos embista una ola que no podrá resistir la frágil "zodiac" que nos contiene.


... el cóndor nos obsequia con su vuelo...


Luego toca acercarnos al glaciar del Balmaceda - hace 25 años el hielo se rompía contra las agua... ahora ya ha retrocedido de forma importante -.

... ahora toca visitar el Balmaceda...

... ya no llega al mar...



De regreso a Puerto Natales logramos ver, entre nubes largas, las Torres del Paine... bueno, esto merece otro viaje... con escalada por supuesto - o al menos intentarlo -.

El lugar, en sí mismo, es suficientemente conocido por la gran mayoría de montañeros y alpinistas... por lo que habrá que contar alguna historia personal para añadir a la "info general" de éste magnífico espacio.

... Torres del Paine entre nubes... otro destino a visitar...

... las cascadas nos vuelven a recibir...

Recuerdo un momento mágico cuando, con Miguel A. Vidal... de nuevo compañero en éste viaje, llegados al muelle de la "Hacienda Perales"... ya de regreso de la visita a los glaciares Balmaceda y Serrano,  en hora de almuerzo... se apoderó de nosotros ésa sensación de placidez que ofrecen espacios infinitos; le dije a Miguel... "no me importaría pasar mis últimos años de vida aquí"... y me llegó su respuesta inmediata... "estaba pensando lo mismo".

... embarcadero de la Hacienda Perales... nos espera un buen asado de la Patagonia...

... mmm... no me importaría envejecer por aquí...

... Puerto Natales a la vista... regreso a casa...

Nunca se sabe que nos depara el destino... pero de entre los sitios donde podríais buscarme - dentro de algunos, quizá muchos, años - éste sería uno con posibilidades de encontrarme... pero vamos... visitadlo por gusto y no por mi presencia - lo mismo hasta cambio de opinión -... ¿quien sabe?..

2 comentarios:

  1. hola amigo en tu foto de pinguinos patagonicos en tu viaje en el seno ultima esperanza
    creo que te refieres a los cormoranes imperiales que vienen a migrar en estos parajes por su reproduc guia de puerto natales y de este seno
    gracias y buena tu pagina

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    1. ¡Ah!, cierto, amigo.
      Me quedé con ganas de ver pingüinos y me traicionó la mano del tecleo.
      Gracias y un saludo.

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